Durante una llamada telefónica clave este jueves, el presidente Joe Biden comunicó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que el futuro apoyo de Estados Unidos al conflicto en Gaza estará condicionado a la implementación de acciones concretas por parte de Israel para reducir significativamente el daño a los civiles en la Franja de Gaza y asegurar la seguridad del personal humanitario. Esta interacción se produce en un momento crítico, siendo la primera vez que ambos líderes hablan directamente desde el trágico incidente del 1 de abril, en el cual siete voluntarios de la organización World Central Kitchen, liderada por el chef español José Andrés, perdieron la vida.

El compromiso de Estados Unidos con Israel, una alianza históricamente inquebrantable, se ve ahora sometido a una revisión crítica en el contexto de las operaciones militares en Gaza y sus devastadoras consecuencias humanitarias. La Casa Blanca, a través de un comunicado oficial, reflejó la seriedad de la conversación, subrayando las palabras de Biden hacia Netanyahu. El presidente estadounidense calificó como "inaceptables" los ataques contra el personal humanitario y expuso su profunda preocupación por la alarmante situación en Gaza, que ha visto la pérdida de 33,000 vidas hasta el momento.

Biden enfatizó la importancia de garantizar la seguridad de aquellos que brindan ayuda esencial en el terreno y la necesidad de esfuerzos concertados para proteger a los civiles atrapados en el conflicto. Esta postura de Estados Unidos marca un momento significativo en la dinámica de su relación con Israel, poniendo de relieve el equilibrio entre el apoyo militar y la responsabilidad ética en el manejo de conflictos armados. La conversación entre Biden y Netanyahu se convierte así en un punto de inflexión que podría definir el curso de la intervención estadounidense en la región, con implicaciones que resonarán tanto en la política interna de EE.UU. como en el escenario internacional.