La serenidad característica de Tequisquiapan, Querétaro, contrasta con una creciente inquietud entre sus residentes respecto a la insuficiencia y falta de seguridad del transporte público en la región.

Carmen, dedicada al cuidado de sus hijos y siempre acompañada del más pequeño, expresa su preocupación por las deficiencias en el servicio, especialmente en la Ruta 2. La limitada disponibilidad de autobuses y la irregularidad en los horarios complican el día a día de quienes dependen de este sistema para moverse.

"Es preocupante tener que viajar con mi hijo en autobuses saturados o con conductores que no toman precauciones", dice Carmen. "Sería ideal contar con más y mejores autobuses, además de una frecuencia de paso aumentada para garantizar viajes seguros y confortables".

La carencia de opciones alternativas exacerba el problema. La ausencia de un sistema de apoyo para el cuidado de los niños restringe la capacidad de Carmen, y de muchos otros, para trabajar o realizar actividades fuera de casa, intensificando su sensación de aislamiento y vulnerabilidad.

La gestión local es otro punto de crítica, señalada por su inacción y falta de respuesta frente a este desafío. La percepción de abandono y la falta de compromiso de las autoridades con las necesidades de la población han sembrado una profunda desconfianza y malestar entre los ciudadanos de Tequisquiapan.

"¿Cómo es posible confiar en autoridades que desatienden nuestras necesidades fundamentales?", cuestiona Carmen. "Falta transparencia y un interés genuino por mejorar nuestra calidad de vida".

Ante este panorama, se hace evidente la urgencia de que el gobierno local adopte medidas efectivas. La comunidad de Tequisquiapan clama por ser escuchada y por acciones reales que mejoren su calidad de vida. Mientras tanto, continúan enfrentándose a la adversidad diaria, manteniendo la esperanza de un cambio favorable en el futuro cercano.