Liberación de Nicolás Gómez López después de 16 años de prisión

Nicolás Gómez López, un indígena tsotsil de la comunidad de Jolitontic, municipio de Chalchihuitán, Chiapas, fue liberado este martes después de pasar 16 años encarcelado injustamente, acusado de homicidio calificado y lesiones. Su liberación se produjo de manera condicionada, por lo que deberá firmar periódicamente ante las autoridades. Nicolás fue detenido junto con sus cuatro hermanos, quienes aún permanecen presos con una sentencia de 31 años y nueve meses.

El caso de Nicolás y sus hermanos se remonta a agosto de 2008, cuando fueron detenidos por supuestos delitos relacionados con la muerte de tres personas, incluyendo a Marcela Hernández Girón, una curandera tradicional. Sin embargo, la defensa de los Gómez López asegura que la familia fue víctima de tortura por parte de las autoridades durante su detención. Además, se denunció la falta de un traductor y un defensor legal en su idioma, lo que violó su derecho al debido proceso.

Injusticia y falta de pruebas contra los acusados

Durante el juicio, se presentó como prueba que las víctimas habían causado heridas a los detenidos, pero nunca se realizaron los estudios forenses pertinentes para corroborar la procedencia de la sangre encontrada en la escena. Uno de los testigos clave se retractó, lo que sumó dudas sobre la veracidad de los cargos. Según los defensores, los hermanos Gómez López fueron culpados sin pruebas, ya que el único motivo señalado fue una discusión previa relacionada con la curandera, un año antes del asesinato de su familia.

Los acusados presentaron denuncias por tortura ante la Fiscalía de Derechos Humanos, pero hasta el momento se encuentran a la espera de los resultados periciales que permitan validar estas denuncias bajo el Protocolo de Estambul, que regula los estándares internacionales para el examen de casos de tortura.

A pesar de su liberación, Nicolás Gómez López sigue preocupado por la situación de sus cuatro hermanos y el compañero Roberto Martínez Pérez, quienes siguen encarcelados en el penal de San Cristóbal. En su declaración, señaló que aunque está "feliz y contento" por haber salido de la prisión, la tristeza persiste por los miembros de su familia que aún permanecen tras las rejas.

Nicolás y su abogado, Miguel Ángel Zenón, exigieron la liberación inmediata de sus hermanos y compañeros, quienes continúan siendo víctimas de lo que consideran una "grave injusticia". El caso sigue siendo monitoreado por organizaciones defensoras de derechos humanos, como la organización Solidarios de La Voz de El Amate, que aboga por los derechos de los presos indígenas.